DINÁMICA TERRESTRE. TECTÓNICA DE PLACAS
2. ESTRUCTURA INTERNA DE LA
TIERRA
Para comprender el movimiento de continentes y
otros fenómenos geológicos de la Tierra como
volcanes y terremotos, es necesario conocer la
estructura interna del planeta.
Sin embargo, el estudio directo es actualmente
imposible. Las mayores excavaciones realizadas
sólo alcanzan unos 12 km y no llegan al manto.
Las erupciones volcánicas pueden aportar
material más profundo, pero aún insuficiente.
Por ello se emplean métodos indirectos,
principalmente el estudio de las ondas sísmicas
que provocan los terremotos.
2.1. MÉTODO SÍSMICO: ONDAS SÍSMICAS
Un terremoto, sismo o seísmo es una vibración
del terreno debida a la liberación brusca de
energía.
Se produce cuando se rompen y desplazan
grandes masas de rocas. Estas roturas se
denominan fallas.
El lugar donde se produce el seísmo se denomina
hipocentro, mientras que el lugar más cercano
al hipocentro en la superficie terrestre se conoce
como epicentro.
En el hipocentro se liberan ondas, llamadas
ondas sísmicas, que se mueven por el interior
de la Tierra y por la superficie terrestre.
Los terremotos se producen a una profundidad
variable entre unos kilómetros y 700 km.
Para registrar y medir las ondas sísmicas de los
terremotos se emplean instrumentos
denominados sismógrafos, que dibujan gráficas
llamadas sismogramas.
2.1.1. ONDAS SÍSMICAS
Las ondas sísmicas, como las sonoras, precisan
de medios físicos para desplazarse. Existen
básicamente dos tipos:
Ondas internas o de cuerpo: se producen
en el hipocentro y se propagan por el
interior de la Tierra. Pueden ser:
Ondas P o primarias. Son las más
rápidas y, por tanto, las primeras en
llegar a los sismógrafos. Son ondas de
compresión, comprimiendo las rocas
adelante y atrás. Pueden propagarse
por cualquier tipo de medio: sólido,
líquido o gaseoso.
Ondas S o secundarias. Más lentas.
Ondas transversales, perpendiculares a
la dirección de propagación. Sólo
pueden transmitirse en medios
sólidos.
Ondas superficiales o L: originadas por
las internas al llegar al epicentro. Se
propagan por la superficie terrestre, son las
más lentas y la causa de la destrucción
provocada por los terremotos. Existen 2
tipos principales:
Ondas de Rayleigh (R): tienen un
movimiento rotatorio, como de ola.
Ondas de Love (L): provocan un
movimiento del suelo en horizontal.
2.2. SISMICIDAD DEL INTERIOR TERRESTRE
El estudio de las ondas sísmicas que atraviesan el
interior de la Tierra es como una ecografía del
planeta.
Las ondas P y S se aceleran, frenan e, incluso,
desaparecen, dando información del medio que
atraviesan. Cuando las ondas pasan de un medio
a otro con propiedades físicas muy diferentes
pueden sufrir dos procesos básicos:
Reflexión: las ondas no pueden atravesar
una superficie, rebotan y cambian de
dirección.
Refracción: las ondas pasan de un medio a
otro de diferente densidad, cambiando su
velocidad y dirección.
De estos estudios se ha deducido la estructura
interna de la Tierra de acuerdo a dos modelos:
Modelo composicional, geoquímico o
estático: divide el interior en capas de
acuerdo a su composición química.
Modelo dinámico: se basa en el estudio
físico del comportamiento de los materiales
(líquido-sólido; rígido-plástico).
2.3. MODELO COMPOSICIONAL O ESTÁTICO
Divide a la Tierra en tres capas: corteza, manto
y núcleo. Separadas por límites donde cambia la
composición, llamados discontinuidades.
CORTEZA
Capa sólida, rígida y delgada, de unos 35 km.
Varía entre los 70 km en las montañas y los 6 km
en los océanos. Silicatos de Al, Na, Ca y K.
Se divide en dos tipos:
Corteza continental: formada sobre todo
por rocas de tipo granito y andesita. Menos
densa y más gruesa. Hasta 70 km. Rocas de
hasta 3.800 millones de años
Corteza oceánica: formada por basaltos y
gabros. Más densa y delgada, de 6 a 12 km.
Está separada del manto por la discontinuidad de
Mohorovicic (Moho), caracterizada por un
aumento brusco en la velocidad de las ondas
sísmicas P y S.
MANTO
Es la capa más voluminosa (un 80% de toda la
Tierra). Capa sólida formada por rocas con mucho
hierro y magnesio: peridotitas (silicatos de
hierro y magnesio), cuyo mineral más abundante
es el olivino. Llega hasta los 2900 km de
profundidad y se divide en dos zonas, separadas
por la discontinuidad de Repetti, en la que las
ondas P y S sufren un aumento de velocidad:
Manto superior: de unos 670 km de
espesor. Tiene carácter plástico y presenta
corrientes de convección. A partir de los 400
km la presión convierte al olivino en
espinela.
Manto inferior: hasta los 2900 km. Sólido y
rígido. La presión es tan enorme que la
espinela se convierte en perovskita
(bridgmanita), probablemente el mineral
más abundante de la Tierra.
Se separa del núcleo mediante la discontinuidad
de Gutenberg. Aquí las ondas P sufren un
descenso brusco de velocidad y las ondas S
desaparecen.
NÚCLEO
Se sitúa desde la discontinuidad de Gutenberg
(2900 km) hasta los 6378 km (centro de la
Tierra). Es la única capa no rocosa. Está formada
por una aleación mineral, principalmente hierro y
níquel.
Tiene dos capas bien diferenciadas, separadas por
la discontinuidad de Lehman (en la que las
ondas P aumentan de velocidad):
Núcleo externo: es líquido. llega hasta los
5100 km de profundidad.
Núcleo interno: sólido y muy denso. Desde
los 5100 km a los 6378.
Para ir a donde no se sabe hay que ir por donde no se sabe.” San Juan de la Cruz
“It must be a strange world not being a scientist, going through life not knowing--or
maybe not caring about where the air came from, where the stars at night came from
or how far they are from us. I WANT TO KNOW” Michio Kaku
“Nullius in verba” Robert Boyle, Christopher Wren y Robert Hooke
Níquel en el núcleo
Un estudio de 2017 indica la
necesidad de que el núcleo
terrestre presente níquel, ya que
el hierro, por sí solo, no podría
dar lugar al magnetismo terrestre,
creado por el propio planeta.