RELACIÓN: LOS SENTIDOS Y EL SISTEMA NERVIOSO

Todos los seres vivos necesitan captar información del medio en el que se encuentran y realizar acciones para adaptarse a los cambios de dicho medio. La función de relación consiste en el intercambio de información entre los seres vivos y su entorno. La información recogida puede provenir del medio externo o del medio interno y se denomina estímulo. Las estructuras encargadas de captar los estímulos se denominan receptores, que pueden agruparse para formar órganos de los sentidos. La información recibida es analizada e interpretada por el sistema nervioso que, además, elabora una respuesta. La respuesta es enviada a los efectores que se encargan de ejecutarla. En animales, los efectores pueden ser músculos (realizan un movimientos: respuesta motora) o glándulas (segregan sustancias químicas: respuesta secretora). Por otra parte, el sistema nervioso ha de coordinar todos los estímulos que recibe para que el cuerpo realice correctamente sus funciones. Esta ingente tarea se denomina coordinación y en ella, además del nervioso, participa el sistema endocrino, que produce hormonas, transportadas por la sangre.

2. RECEPTORES SENSORIALES

Los receptores sensoriales son estructuras nerviosas capaces de captar estímulos del medio y convertirlos en impulsos eléctricos. Estos impulsos se conducirán por los nervios hasta los centros nerviosos, donde se procesará la información. Cuando somos conscientes de recibir un estímulo decimos que tenemos una sensación.

TIPOS DE RECEPTORES SENSORIALES

Los receptores pueden clasificarse según varios criterios. Así, según dónde se encuentran, tenemos: Receptores internos o interorreceptores: en el interior del cuerpo. Captan el estado general del cuerpo. Producen la sensación de sed, hambre, mareo, posición, dolor… Receptores externos o exterorreceptores: en la superficie corporal. Recogen estímulos del exterior. Los principales son los órganos de los sentidos, agrupaciones de receptores muy complejas. Perciben el tacto, luz, sonido, olor,… Por otra parte, también se pueden clasificar según el tipo de estímulo captado: Quimiorreceptores: perciben sustancias químicas disueltas en agua o en el aire. Boca y nariz principalmente. Mecanorreceptores: detectan estímulos físicos como la presión, la gravedad o el sonido. Piel y oído. Fotorreceptores: detectan la luz y distinguen colores. Ojos. Termorreceptores: sensibles a los cambios de temperatura. En la piel. Nociceptores: perciben estímulos intensos potencialmente dañinos, como dolor, quemazón, etc. Están por todo el cuerpo. Propioceptores: informan de la posición del cuerpo. Están en músculos, articulaciones, tendones y oído interno.