ESTRUCTURA DE LA TIERRA. TECTÓNICA DE PLACAS
1.
EL SISTEMA TIERRA
Las diversas “capas” o “esferas” de la Tierra
interactúan formando un todo complejo y
dinámico que se ha dado en llamar sistema
Tierra.
Un sistema es un conjunto de partes
interactuantes que funcionan como un todo. En
un sistema el conjunto es más que la suma de las
partes, pues de la interacción nacen nuevas
propiedades (propiedades emergentes) que no
están en sus partes constituyentes.
La Tierra, desde ese punto de vista, es un
sistema y sólo podremos entenderla
comprendiendo cómo interaccionan sus partes.
Los sistemas pueden clasificarse en cerrados
(que intercambian energía, pero no materia con
el exterior) y abiertos (que intercambian tanto
materia como energía).
En el sistema Tierra se integran infinidad de
subsistemas en los que la materia se recicla
indefinidamente. Por tanto, podemos considerarlo
como un sistema cerrado, sin intercambio de
materia, aunque sí de energía.
Hay dos fuentes básicas de energía en la Tierra.
Una es el Sol, que es el motor de los procesos
externos (tiempo, clima, erosión, circulación
oceánica…). La segunda fuente es el calor
interno del planeta, debido al calor remanente
de la formación de la Tierra y al generado por la
desintegración radiactiva. Este calor impulsa los
procesos internos (volcanes, terremotos,
orogénesis, …).
Cada parte del sistema Tierra, incluidos los seres
humanos, está relacionada y un cambio en una
de ellas conlleva cambios en las demás.
La Tierra no es sólo rocas y suelo, vista desde el
espacio se aprecia su gran complejidad y se
entiende la separación tradicional en partes o
“esferas”: la atmósfera, o parte gaseosa; la
hidrosfera, o parte acuosa; y la geosfera, o
parte rocosa y sólida.
Pero, además, ninguna de esas partes está
aislada, sino que existe una interrelación y una
interacción continua entre ellas, de forma que
cada una puede alterar al resto y ser alterada del
mismo modo.
Finalmente, existe una cuarta “esfera” en la
Tierra, única y exclusiva hasta donde sabemos, la
biosfera, formada por todos los seres vivos del
planeta, que interacciona con todas las demás y
es influida por ellas.
2. MÉTODOS DE ESTUDIO DEL
INTERIOR DE LA TIERRA
Para comprender el movimiento de continentes y
otros fenómenos geológicos de la Tierra como
volcanes y terremotos, es necesario conocer la
estructura interna del planeta. PARA ELLO,
PUEDEN EMPLEARSE métodos directos e indirectos.
2.1. MÉTODOS DIRECTOS
Los métodos directos prporciona información
fiable y precisa, pero son muy limitados.
Simas y minas: las minas más profundas
tienen unos 4 km y permiten constatar el
gradiente t´rmico, es decir, el aumento de la
temperatura con la profundidad (unos 30
º/km).
Sondeos: alcanzan profundides mayores,
pero aún muy pequeñas. El mayor del
mundo se haya en Kola (Rusia), con unos 12
km, no llegando ni siquiera al manto.
Actividad geológica: la erosión, la tectónica y
las erupciones volcánicas pueden aportar
material más profundo, de hasta algunos
cientos de km, pero aún de la corteza.
2.2. MÉTODOS INDIRECTOS
No son tan fiables, pero permiten estudiar todo el
interior terrestre.
2.2.1. SIMULACIONES
Permiten simular en el laboratorio las condiciones
del interior de la Tierra, como la presión y la
temperatura. Así, el yunque de diamante permite
simular presiones de millones de atmósferas y ha
permitido comprobar que, minerales como el
olivino, se convierten en espinela primero y en
perovskita después.
2.2.2. MÉTODO MAGNÉTICO
or ello se emplean métodos indirectos,
principalmente el estudio de las ondas sísmicas
que provocan los terremotos.
2.2.3. ESTUDIO DE LOS METEORITOS
La mayoría procede del cinturón de asteroides
(entre Marte y Júpiter) y son materiales de
construcción de planetas. Muchos están formados
por hierro y níquel (sideritos), mientras que la
corteza y manto terrestres son escasos en esos
materiales. La conclusión es que deben abundar
en el núcleo.
2.2.4. MÉTODO SÍSMICO: ONDAS SÍSMICAS
Un terremoto, sismo o seísmo es una vibración
del terreno debida a la liberación brusca de
energía. Se produce cuando se rompen y
desplazan grandes masas de rocas. Estas roturas
se denominan fallas.
El lugar donde se produce el seísmo se denomina
hipocentro, mientras que el lugar más cercano
al hipocentro en la superficie terrestre se conoce
como epicentro.
En el hipocentro se liberan ondas, llamadas
ondas sísmicas, que se mueven por el interior
de la Tierra y por la superficie terrestre.
Los terremotos se producen a una profundidad
variable entre unos kilómetros y 700 km.
Para registrar y medir las ondas sísmicas de los
terremotos se emplean instrumentos
denominados sismógrafos, que dibujan gráficas
llamadas sismogramas.
2.1.1. ONDAS SÍSMICAS
Las ondas sísmicas, como las sonoras, precisan
de medios físicos para desplazarse. Existen
básicamente dos tipos:
Ondas internas o de cuerpo: se producen
en el hipocentro y se propagan por el
interior de la Tierra. Pueden ser:
Ondas P o primarias. Son las más
rápidas y, por tanto, las primeras en
llegar a los sismógrafos. Son ondas de
compresión, comprimiendo las rocas
adelante y atrás. Pueden propagarse
por cualquier tipo de medio: sólido,
líquido o gaseoso.
Ondas S o secundarias. Más lentas.
Ondas transversales, perpendiculares
a la dirección de propagación. Sólo
pueden transmitirse en medios
sólidos.
Ondas superficiales o L: originadas por
las internas al llegar al epicentro. Se
propagan por la superficie terrestre, son las
más lentas y la causa de la destrucción
provocada por los terremotos. Existen 2
tipos principales:
Ondas de Rayleigh (R): tienen un
movimiento rotatorio, como de ola.
Ondas de Love (L): provocan un
movimiento del suelo en horizontal.
El estudio de las ondas sísmicas que atraviesan el
interior de la Tierra es como una ecografía del
planeta. Es el método más importante y más
empleado.
Las ondas P y S se aceleran, frenan e, incluso,
desaparecen, dando información del medio que
atraviesan. Cuando las ondas pasan de un medio
a otro con propiedades físicas muy diferentes
pueden sufrir dos procesos básicos:
Reflexión: las ondas no pueden atravesar
una superficie, rebotan y cambian de
dirección.
Refracción: las ondas pasan de un medio a
otro de diferente densidad, cambiando su
velocidad y dirección.
Un cambio brusco en la velocidad o dirección de
las ondas sísmicas indica un límite entre dos
capas bien diferenciadas en composición,
densidad o estado. Estos límites se llaman
discontinuidades.
De estos estudios se ha deducido la estructura
interna de la Tierra de acuerdo a dos modelos:
Modelo composicional, geoquímico o
estático: divide el interior en capas de
acuerdo a su composición química.
Modelo dinámico: se basa en el estudio
físico del comportamiento de los materiales
(líquido-sólido; rígido-plástico).
3. MODELO COMPOSICIONAL
Divide a la Tierra en tres capas: corteza, manto
y núcleo. Separadas por límites donde cambia la
composición, llamados discontinuidades.
3.1. CORTEZA
Capa sólida, rígida y delgada, de unos 35 km, un
1 % del volumen planetario. Varía entre los 70
km en las montañas y los 6 km en los océanos.
Silicatos de Al, Na, Ca y K.
Se divide en dos tipos:
Corteza continental: formada sobre todo
por rocas de tipo granito y andesita. Menos
densa y más gruesa. Hasta 70 km. Rocas de
hasta 3.800 millones de años
Corteza oceánica: formada por basaltos y
gabros. Más densa y delgada, de 6 a 12 km.
Está separada del manto por la discontinuidad de
Mohorovicic (Moho), caracterizada por un
aumento brusco en la velocidad de las ondas
sísmicas P y S.
3.2. MANTO
Es la capa más voluminosa (un 80% de toda la
Tierra). Capa sólida formada por rocas con
mucho hierro y magnesio: peridotitas (silicatos
de hierro y magnesio), cuyo mineral más
abundante es el olivino. Llega hasta los 2900 km
de profundidad y se divide en dos zonas,
separadas por la discontinuidad de Repetti, en la
que las ondas P y S sufren un aumento de
velocidad:
Manto superior: de unos 670 km de
espesor (desde Moho a 410 km). Tiene
carácter plástico y presenta corrientes de
convección. A partir de los 400 km la presión
convierte al olivino en espinela.
Zona de transición: entre 410 y 660 km. La
espinela acaba convertida en perovskita,
probablemente el mineral más abundante de
la Tierra.
Manto inferior: hasta los 2900 km
discontinuidad de Gutenberg). Sólido y
rígido. Supone un 56 % del volumen
terrestre.
Se separa del núcleo mediante la discontinuidad
de Gutenberg. Aquí las ondas P sufren un
descenso brusco de velocidad y las ondas S
desaparecen.
3.3. NÚCLEO
Se sitúa desde la discontinuidad de Gutenberg
(2900 km) hasta los 6378 km (centro de la
Tierra). Es la única capa no rocosa. Está formada
por una aleación mineral, principalmente hierro y
níquel, pero quizá también azufre, silicio oxígeno
e hidrógeno.
Tiene dos capas bien diferenciadas, separadas
por la discontinuidad de Lehman (en la que las
ondas P aumentan de velocidad):
Núcleo externo: es líquido. llega hasta los
5100 km de profundidad.
Núcleo interno: sólido y muy denso. Desde
los 5100 km a los 6378.
Para ir a donde no se sabe hay que ir por donde no se sabe.” San Juan de la Cruz
“It must be a strange world not being a scientist, going through life not knowing--or
maybe not caring about where the air came from, where the stars at night came from
or how far they are from us. I WANT TO KNOW” Michio Kaku
“Nullius in verba” Robert Boyle, Christopher Wren y Robert Hooke
Níquel en el núcleo
Un estudio de 2017 indica la
necesidad de que el núcleo
terrestre presente níquel, ya que
el hierro, por sí solo, no podría
dar lugar al magnetismo terrestre,
creado por el propio planeta.